Se llevan a Junín para la casa

Ya no es novedad escuchar noticias de corrupción en Junín. El año pasado, de cada mil soles, 136 cayeron en manos de la corrupción. Es decir, fueron a parar a las manos de un político, un funcionario amigo o a un plan que nunca se ejecutó por culpa de la inoperancia política. ¿Qué queda para nosotros? ¿Velar por nosotros mismos?

La corrupción es una de las enfermedades más graves que enfrentamos y debemos extirparla de una vez, renovando la política, atreviéndonos a ser parte. La única manera de extirparla es no seguir haciendo lo mismo, no seguir eligiendo a los mismos. La clase política debe entender, de una vez por todas, que el Estado está para acompañarnos, promover, apoyar y generar oportunidades de crecimiento. No para robárselo. Los políticos no nos protegen y para colmo se llevan nuestros recursos.

Los gobiernos y los congresos se preocupan por los cupos de poder y por crear trabajo para sus amigotes y militantes en el estado y no por los millones de peruanos con necesidades y problemas. La corrupción es un cáncer que debemos erradicar y para eso la Vacancia debe ser total, para todos, porque hasta los juicios de corrupción terminan sin presos. A nosotros nos queda organizarnos y ser parte. Podemos influir, no bajemos los brazos. Podemos hacer de Junín un lugar mejor, libre de corrupción.

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