Hoy estudiar en Huancayo es un verdadero calvario. Aulas prefabricadas, en cualquier lado, en chacras y estadios, sin baños y sin carpetas. Sin duda, somos invisibles para los Gobiernos dedicados a hacer política barata y dejarnos en el abandono total, más aún a nuestros niños.
El Estado, manejado por la izquierda radical, habla y habla de educación. Pero hace poco o nada y algunos ni siquiera fueron al colegio. El dinero para educación desapareció, se lo robaron, pero no se han robado a nuestros niños, que deben ir a la escuela a pie, sin mobiliario ni baños, e incluso sin comida. Eso es estudiar hoy en Huancayo.
La educación es el futuro del Perú y en Huancayo los colegios dan pena. Mucha palabrería contra la desigualdad y la corrupción y ninguna acción, porque el abandono es total y hoy quienes pretenden decir algo, son otra fruta más de un canasto que está completamente podrido.
Huancayo ruega por un cambio de ciclo. Un cambio donde nuestros niños dejen de ser invisibles para quienes manejan el Estado. Huancayo tiene que dejar de preocuparse si el alcalde o el gobernador va a robar poco o mucho, porque se merece una autoridad que simplemente no robe; ni poco, ni mucho: Nada.
Necesitamos nuevos aires y para eso, cada uno de nosotros debe aportar su grano de arena, influir en el de al lado y elegir bien. No elijamos ladrones, que quienes pagan son los niños.
