¿Y dónde está la justicia?

Un falso taxista abusó sexualmente de una enfermera de 28 años en Huancayo. La víctima perdió el conocimiento al interior del auto y luego despertó en un hotel con evidentes signos de haber sido ultrajada.

La mujer abordó el carro en los exteriores del Instituto Regional de Enfermedades Neoplásica (IREN) de Concepción. Una vez dentro, el hombre a cargo del volante le ofreció una botella de agua. La fémina recuerda haber aceptado; sin embargo, después de ello se desmayó y no sabe más.

La enfermera de 28 años, una vez que perdió el conocimiento, fue trasladada por el taxista a un hotel del distrito de Chilca. La encargada del lugar notó la poca lucidez de la víctima, por lo que apuntó la placa del auto. Este detalle, finalmente, ayudó a dar con el paradero del sujeto responsable.

¿Y dónde están los fiscales y jueces, que deben hacer justicia? La mujer peruana es, sin duda, el primer rostro de un país injusto. Una justicia que no es capaz de cumplir solo admite que estos crímenes sigan ocurriendo. En el Perú no se puede ser mujer en paz y en gran parte porque no se hace Justicia.

El Perú necesita un cambio de rumbo, comenzando por cambiar a jueces y fiscales que perpetúan la crisis de seguridad que nos tiene tan atemorizados.

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