Más de 30 mil 800 casos de violencia sexual se registraron el 2023 en el Perú, según el CEM. La mayoría de víctimas de 5 a 17 años de edad. Solo en la División de Investigación Criminal (Divincri) de Huancayo, de enero al 15 de octubre del 2024, 40 mujeres denunciaron que fueron víctimas de abuso sexual, de los cuales 28 casos fueron resueltos y 12 quedan pendientes. La última víctima es una alumna de 14 años, cuyo padrastro la llevó de paseo, la embriagó y abusó de ella. La estudiante se despertó cuando la pareja de su madre la ultrajaba.
A los casos de las parejas de las madres, se suman también los profesores. Después que hace unos días le dieran 9 meses de prisión preventiva al profesor de música, Luis Camarena Romaní (54) por realizar tocamientos indebidos a una alumna de 12 años, otro caso sale a la luz pública por la denuncia de un preocupado padre de familia. Se trata de una alumna de solo 11 años que le contó a su progenitor que fue víctima de tocamientos de parte de su docente, esta vez de inglés de una academia.
Por último, como en Huancayo las desapariciones son pan de cada día y pareciera que a nadie le importa, la menor identificada como Nathaly Julia Dorregaray Cosme (13), salió de su predio con el fin de comprar un kilo de maracuyá en la tienda ubicada a una cuadra de su domicilio.
¿Por qué estos casos no llenan las portadas? Porque son los verdaderos invisibles a las preocupaciones de la Justicia y los políticos. Los primeros, viven de persecuciones contra sus opositores políticos en vez de meter presos a criminales. Los segundos, aparecen para una foto, para luego olvidarse de quienes realmente los eligieron.
Hoy, ser mujer en el Perú es un peligro. Y a la justicia no le importa.