Una adolescente de 16 años falleció el mismo día de su cumpleaños tras una operación de apendicitis en una clínica de Huancayo. Su familia denuncia que la joven no recibió cuidados postoperatorios adecuados, lo que habría derivado en una infección bacteriana que comprometió su salud.
Según relataron sus familiares, la paciente comenzó a presentar fuertes malestares después de la cirugía. Pese a reiteradas solicitudes de atención médica, el doctor a cargo no brindó respuesta adecuada y solo le recetó inyecciones con suero. Tras más de 20 días de padecimientos, la familia decidió trasladarla al Hospital Daniel Alcides Carrión, donde lamentablemente falleció.
La Dirección Regional de Salud intervino la clínica, pero los representantes del establecimiento negaron el ingreso a las autoridades. Como resultado, la clínica fue clausurada temporalmente mientras se realizan investigaciones.
El Ministerio Público ha iniciado diligencias para esclarecer si existió negligencia médica o alguna omisión que derivó en el fallecimiento.
Este caso ha generado indignación y ha puesto en debate la necesidad de supervisión más estricta en establecimientos de salud privados.
No más clínicas clandestinas que juegan con la vida. La salud no puede seguir siendo una ruleta rusa donde algunos ganan y otros mueren. Necesitamos una transformación radical del sistema de control sanitario que garantice que ninguna familia más pase por esta tragedia.