ESCUELAS ABANDONADAS

Cientos de niños huancayinos estudian en condiciones indignas. Amontonados, en aulas inadecuadas, con mobiliario deteriorado y sin condiciones mínimas para aprender.

Es el caso de la institución educativa Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en pleno centro de la ciudad, donde las aulas se han convertido en espacios de supervivencia.

Más de 40 estudiantes por salón, sin ventilación adecuada, sin áreas recreativas y con una infraestructura colapsada. No se trata de una escuela rural olvidada. Se trata de una institución pública y urbana, que refleja el abandono estructural del sistema educativo peruano.

¿Qué están haciendo las autoridades regionales frente a esta emergencia? Nada concreto. Mientras tanto, los niños siguen apiñados como si la educación fuera un favor y no un derecho.

Y lo peor es que no es un caso aislado. En toda la región Junín, la situación se repite. Escuelas con techos a punto de caer, baños que no funcionan, profesores sin materiales, y padres que deben poner de su bolsillo lo que el Estado no entrega.

Nos quieren convencer de que estamos avanzando. Pero cuando un niño estudia con frío, con hambre y sin espacio para aprender, no hay futuro posible. El bienestar ciudadano comienza por la infancia. Y cuando la educación pública colapsa, todo el país pierde su futuro.

Es hora de dejar los discursos y hacer lo que se debe: invertir de verdad en las escuelas y garantizar condiciones dignas.

Cambiar el ciclo es una urgencia. Porque el país que abandona a sus niños, se está abandonando a sí mismo.